y extenuado en soledades,
llegó el día en que el pájaro
abrió sus alas y voló.
Supo entonces que era libre,
que su vuelo era infinito;
comprendió que las distancias
son más cortas al andar.
Observó su nido desde el cielo,
nostalgia de haber emprendido el vuelo,
y siendo libre entonces, se preguntó:
¿A dónde irás ahora que estás solo pero sin temor?